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Hacer turismo es mucho más que visitar un sitio nuevo para conocer sus rincones más emblemáticos, también es probar la gastronomía típica de la zona. En este sentido, viajar a Asturias no solo es sinónimo de fabada, sino también de degustación de otros productos, como nuestros quesos. Dentro de la amplia variedad que existe en el Principado, hasta 42 tipos, los cinco siguientes son los que componen la cata de bienvenida que te ofrece el Papu Colorau a sus instalaciones.

Cabrales

El queso de Cabrales, posiblemente el más famoso de Asturias, es un queso de tipo azul que se produce en los Picos de Europa. Elaborado artesanalmente a partir de leche cruda de vaca, cabra u oveja, esta variedad se distingue además de por un sabor y olor bastante intenso, por un color verde-azulado característico.

Su proceso de fermentación se lleva a cabo en cuevas naturales de la zona, que reúnen la temperatura (entre 8 y 12 ºC)  y la humedad (90%) idónea para que prolifere el penicillium, un hongo común en suelos que interactúa con el queso y le proporciona esa tonalidad. Durante un cuatrimestre, el artesano cambia de posición los quesos para que sazonen por todos lados igual. Finalmente, se obtiene una pieza sin apenas corteza y con una superficie blanda.

Gamonéu

Compartiendo cuna en los Picos de Europa, y perteneciente también a la familia de los quesos azules, la variedad Gamonéu se diferencia del Cabrales en su apariencia: un queso con una corteza más gruesa y un tamaño mayor (hasta 8kg). Este producto, de tradición milenaria y arraigado a los pastores de la zona, también madura en las cuevas y por eso, cuenta con un aroma fuerte a humo y un gusto algo picante.

Los Beyos

Característico del Principado de Asturias, pero también del municipio leonés de Oseja de Sajambre, Los Beyos es un queso semiduro, bastante pequeño (no más de 500g), que se distingue por una corteza seca y rugosa de color amarillo. De aroma suave y cremoso al paladar, su sabor rompe con la dulzura y resulta algo ácido.

Casín

El queso Casín es una de las variedades más antiguas no solo de España, sino del mundo. Según las referencias documentales, este tipo de cuajada data, al menos, del siglo XIV, fecha desde la cual ya existen referencias. De hecho, su arduo proceso de elaboración y los utensilios utilizados durante el mismo corroboran su bagaje y relacionan este manjar lácteo directamente con el Neolítico y con los primeros pobladores en esta zona de la península.

Afincado en el concejo de Caso, este queso, de olor potente, tiene un gusto fuerte y picante, que en ocasiones, cuando se mezcla con el aroma de la mantequilla curada, toma un ligero sabor amargo. A diferencia del aspecto habitual de los quesos, el Casín tiene forma cilíndrico-discoidal, y pesa entre 250 y 1000 gramos.

Afuega’l Pitu

El queso Afuega’l Pitu se elabora tradicionalmente en pequeñas granjas denominadas caserías, diseminadas por los valles centrales asturianos y las laderas de las montañas entre los ríos Narcea y Nalón.  Su nombre es una descripción es sí mismo: “ahogar la garganta”, que hace referencia a su consistencia pastosa.

Es un queso graso muy sabroso que puede elaborarse tanto fresco como madurado. A partir de leche entera cruda o desnatada pasteurizada de vaca, la cuajada pasa de su color blanco a amarillo durante el proceso de maduración – naranja si se le añade pimentón-. Su sabor es algo ácido a la par que salado, cremoso y seco, pero en la variedad de quesos rojos, el gusto se torna fuerte y picante.

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